2/04/2009

34.5/ de albondigas y otros demonios...o lo que es lo mismo: I'll be back!


Esta "reconstruccion" se esta retrasando demasiado, como saben siempre existe la excusa del "no me alcanza el tiempo" , si bien es cierto los dias ahora se me hacen demasiado cortos, debo ser lo suficientemente conciente de que yo soy el duenio de mi tiempo y debo saber manejarlo.

La crisis economica que vivimos mas aun aca en este pais donde se genero, nos hace paranoicos y muchas veces no nos deja desenvolvernos de la mejor manera. A veces pienso que lo grave de esta "crisis" esta en nuestra imaginacion colectiva. Se que no puedo refutar los indices economicos, las caidas de la bolsa, las subidas de los precios, y la inamovible pasividad de los que no les importa.

Quiero compartir con ustedes un email que me envio mi hermano, que a pesar de ser parte de la tipica "cadenita" al menos no termina con el tipico "REENVIALO A TODOS TUS CONTACTOS EN 5 MINUTOS O DE LO CONTRARIO (Escoja el que mas le guste): /SE TE CAERA EL PELO/SE TE VIRARA LA TORTILLA/PERDERAS UN OJO/TE CAERA GUSANOS/ etc etc etc.
Este mas bien me dejo pensando...y bastante, es refrescante saber que a veces las cosas mas simples, las que no se esperan, puede darnos fuerza de voluntad para pelear a la ansiedad, paranoia y depresion, que a veces nos hace olvidar que al final cualquier resultado positivo, no solamente en ventas pero en la vida, depende de nuestra capacidad de automotivarnos, y no perder esa "hambre" por conseguir lo que queremos en esta vida, que es demasiado corta y efimera, como para no poner todo nuestro esfuerzo por cumplir nuestras metas, nuestros suenos.

He aqui, la que yo llamo la parabola del buen "e-mail" version sin editar:

Las albóndigas.



Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:
"Compren deliciosas albóndigas calientes".
Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: "Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos...?. Estamos sufriendo una grave crisis!. La situación es realmente mala; peor no podría estar!!".
El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando..."
Compró entonces menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejo el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.
"Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis".

MORALEJA
No sigamos hablando de crisis.
Hablemos sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas.
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos.
Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos.
Es una simple elección personal.